Dos años y un dia después
Parece mentira que Jordi no sea capaz de dar las gracias cuando se le felicita, o que no sepa agradecer y rechazar a la vez una invitación, aunque sea por cortesía, o que sea capaz de coger el teléfono cuando es su cumpleaños y le llamo.
Una cosa es respetar y dejar tranquila a la gente y otra es mala educación.
Si algún día das con mi blog, ésta soy yo, como no quieres verme en persona...tendrás que verme en foto....
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